Luego de sufrir una verdadera fatalidad con su padre, Nicolás Cotignola se repuso como pudo para correr en San Luis, y terminó siendo el gran dominador de la fecha, lo que le permitió escaparse en la punta de la “Copa de Plata”. Juan Pablo Barucca y Alan Ruggiero completaron el podio.
El mundo del TC Pista llegó a la novena cita del
año, en San Luis, con la mente
“tocada” tras lo sucedido en la semana previa a la competencia. El hecho que envolvió al Sprint Racing, y
en particular a Marcelo Cotignola (ver “Un susto…”), generó un clima más
que peculiar, sobre todo para el que llegó como ganador de la Etapa Regular, su
hijo Nicolás.
El oriundo de Ituzaingó, beneficiado por la rebaja de kilos en su
Torino (al igual que Tomás Urretavizcaya disminuyó el lastre de 35 a 20 Kg,
tope máximo para quienes disputan el “play-off”), fue el amplio dominador del fin de semana. Salvo en la primera
clasificación (donde quedó 3°), en el resto de las tandas fue la referencia de
la categoría. Sin embargo, ello no quiere decir que haya “paseado” por el
circuito “Rosendo Hernández” para alzarse con su cuarta victoria del año. Juan Martín Bruno (Dodge), el mismo que
en la carrera anterior había perdido la victoria por apenas 300 metros, fue
quien lo llevó a “raya” al líder de la “Copa de Plata” nada menos que durante 18 de las 20 vueltas pactadas. La
rotura de la transmisión del piloto del UR
Racing le allanó el camino a “Nico”, que así se encaminó a su 5ª victoria
en 48 competencias, la segunda en San Luis, el lugar donde consiguió su primer
triunfo, en 2014. “Era la carrera que más quería ganar, y terminó siendo la más emotiva de
mi vida. Se la quiero dedicar a mi papá, que es lo único que importa ahora”
declaró emocionado el ganador, que le dio a Torino el 4° triunfo del año (todos
logrados por él).
Además, el piloto del auto
alistado por Cristian Ávila en el
chasis y Martín Costanzo en el
motor, al sumar todas las unidades en juego (47), estiró a 32 la ventaja en la punta de la “Copa” con Alan Ruggiero (Ford),
el nuevo 2°, que en San Luis completó el podio. Entre ellos arribó Juan Pablo Barucca (Torino), que luego
de liderar el “trencito” del 3er al 7° lugar y defenderse del hombre del Azul Sport Team con maniobras al
límite, aprovechó el abandono de Bruno para acabar por tercera vez en el año
como escolta del ganador, y así escalar al 3er puesto en el “play-off”.
Para destacar resultó la
labor de Julián Santero (Chevrolet),
que concluyó 5° la competencia final, y quedó como el principal aspirante a la
corona por la marca del “Moño”, ocupando la 3ª ubicación en la tabla. Son 43,5
las unidades que lo separan del líder.
Los otros dos integrantes
del pelotón que lideró Barucca fueron Valentín
Aguirre (Dodge) y Nicolás Pezzucchi
(Chevrolet), quienes finalizaron 4° y 6° respectivamente, quedando como dos de
los integrantes de los “tres de último minuto”. Emmanuel Alifraco (Ford), 14° en San Luis, es hasta el momento el
otro que podría luchar por la corona en la última fecha.
La amplia distancia
lograda por Cotignola en el mini-torneo se debió también al desempeño del que
había llegado como su escolta, Tomás
Urretavizcaya. El domingo por la
mañana el nacido en Chacabuco hipotecó
sus chances al cambiar motor, lo que lo relegó en la grilla de la Final a
largar prácticamente desde el fondo (24°), cuando lo iba a hacer desde el 15°
lugar. Tras superar en cinco giros a ocho autos, la nueva planta impulsora
comenzó a fallar, dejándolo a pie al cabo de 16 vueltas. Sin poder sumar más
que 11,5 unidades, cayó al 5° lugar de la “Copa”.
>Un
susto con suerte
El pasado martes, Marcelo Cotignola, director del Sprint Racing, sufrió un
accidente al incendiarse (con él adentro) el auto de Nazareno López,
mientras era probado en el rolo de Claudio Bisceglia. El fuego, generado tras
una explosión producida en el propio vehículo, no solo dejó roturas materiales
en el taller y en el auto (que no sirve más), sino que también Cotignola padre resultó afectado,
debiendo ser trasladado al Hospital de Quemados de la ciudad de Buenos Aires.
Allí se comprobó que sufrió lesiones en su cara y manos, quedando en coma farmacológico para socavar las heridas, hasta ser
intervenido quirúrgicamente. Como saldo positivo, su vida no corre peligro.
Nota
publicada en Revista Campeones, edición n° 602 (del 13 al 26/09 de 2016), pág.
42-43
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