La última vez que un coche de la máxima categoría había pisado suelo capitalino fue en el 2008, en una exhibición realizada por el equipo Red Bull, que en aquella ocasión había traído el RB4 al volante de David Coulthard, piloto escocés que ese año le dijo adiós a la F1.
En este 2012, con la marca "Red Bull" metida de lleno en los aficionados gracias a su brillante desempeño en la máxima, se volvió a traer el Showrun que la bebida energética realiza en todo el mundo a la ciudad de Buenos Aires, en una gira que incluyó parte del noroeste argentino y también la ciudad de Santiago, en Chile, y que concluirá mañana en el autódromo Roberto Mouras de La Plata, coincidiendo con la última fecha del campeonato de TC.
Esta vez, el lugar elegido fue el Monumento a los españoles, cerca del zoológico porteño, en pleno barrio de Palermo. Allí, se diagramó un trazado de 720 metros sobre la Avenida del Libertador, entre dicho monumento y la Avenida Infanta Isabel, a la altura de Puente pacífico.
El auto que deleitó a la gran cantidad de personas (el twitter oficial de Red Bull divulgó la cifra de 50 mil) fue el más efectivo hasta ahora realizado por la marca: el RB7, con el que Sebastian Vettel venció en 11 de 19 carreras del 2011, llevándose el título de pilotos y también el de constructores junto a Mark Webber. El encargado de pilotarlo fue Daniel Ricciardo, de 23 años, hombre de la escuela de Red Bull y actual piloto de Toro Rosso, equipo que también tiene sus fuentes en la empresa de la bebida energética.
La actividad se realizó bajo un calor agobiante, en el que no faltaron los vivos de siempre, vendiendo botellas de agua a 10 pesos y helados a precios idénticos. Además, con el Monumento a los españoles todo vallado (el monumento consta de importantes piletones), se hizo complicado subsistir durante esas horas, las peores para estar bajo el sol. Por su parte, las voces del evento fueron el conocido conductor Germán Paoloski, y el especialista y relator de la F1 Fernando Tornello, dando un marco más que interesante, divulgando estadísticas y records de la figura de la tarde, el RB7.
El show comenzó a las 14 hs con una particularidad: el motor Renault entonó las estrofas del himno nacional argentino, ante la sorpresa de todo el público. Tras el himno, salieron a pista el Renault de Super TC2000 con Fabian Yanantuoni al volante (flamante incorporación para el 2013 de la marca del rombo) y nuevos modelos de la marca francesa. Finalmente, con una temperatura en pista de unos 57 grados, el Red Bull salió a pista a las 15 hs, cuando ya la gente se comenzaba a impacientar. En total realizó cuatro salidas de cinco vueltas aproximadamente, derrochando un sonido increíble, hermoso para los oídos de todos los fanáticos que hace tiempo no lo escuchaban: el sonido de cuando entra a las curvas, cuando sale, como “pica” en las rectas, cuando sube y baja las marchas, todo. Sin embargo, el mejor momento para los fanáticos fue cuando Ricciardo realizó las famosas “donas” o “trompos” con el coche, llenando de júbilo a los espectadores.
Por último, y ya bajado del RB7, el piloto australiano fue llevado arriba de un coche por toda la improvisada pista, con la bandera argentina en sus brazos y saludando al público presente.
En resumen, ha sido otra jornada de fiesta para todos los amantes de la máxima categoría en Buenos Aires y alrededores, que lamentablemente se están acostumbrando a ver estos bólidos en contadas ocasiones y solo uno de ellos, en un país con amplia trayectoria automovilística y que durante muchos años fue una fecha estable en el mundial de Fórmula Uno. Por suerte, existen estos eventos en los que se logra saciar un poco la sed de ver un coche de tamaña importancia.
Publicado en Rock 'N Ball el 01/12/2012
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