El sueño de cualquier chico que quiere ser piloto es siempre el mismo: llegar a lo máximo, al lugar donde están los coches más veloces del planeta, los más difíciles de manejar: llegar a la Fórmula Uno. Durante los más de 60 años de existencia de la máxima, los pilotos sudamericanos siempre tuvieron que lidiar con la complicación que genera la importante distancia geográfica que existe con Europa. Sin embargo, el obstáculo más difícil ha sido, es y será el dinero.
En los comienzos de la categoría reina, allá por los años 50, la Argentina se presentaba con varios pilotos, como el posteriormente múltiple campeón Juan Manuel Fangio. El apoyo del estado nacional y del Automóvil Club Argentino fue fundamental para llevar a suelo europeo tanto al Chueco como a otros compatriotas (José Froilán González, Onofre Marimón, Roberto Mieres, Clemar Bucci). Lo mismo sucedió a principios de los 70, cuando fue Carlos Alberto Reutemann el hombre que representó al país en el más alto nivel. En ambas situaciones, los resultados fueron exitosos: en total se lograron cinco campeonatos del mundo y 38 victorias, además de darle el primer triunfo de la historia a Ferrari (Froilán Gonzalez en Gran Bretaña 1951), con algunos buenos talentos que siempre estuvieron en los mejores equipos.
En esta última década, llegar a la F1 fue algo buscado por varios argentinos. Entre ellos, el único que lo pudo hacer fue Gastón Mazzacane, llegando a competir un poco más de una temporada completa, aunque sin brillar. Sin embargo, la mayoría se quedó a medio camino: tanto la falta de un programa por parte del ACA que acompañe a los pilotos como el nulo apoyo estatal y privado, sumado a una de las peores crisis en la Argentina como lo fue la del 2001, conspiraron contra esos anhelos de competir en la categoría donde uno de los máximos referentes es nada más ni nada menos que el ya mencionado Juan Manuel Fangio.
La lista de los que se tuvieron que volver en este último tiempo tiene a Ricardo Risatti, Mariano Altuna y a Juan Cruz Álvarez entre otros. Sin embargo, ninguno estuvo tan cerca como José María López, que gracias al apoyo del estado junto a empresas privadas, iba a competir en la primera fecha del 2010 en Australia, teniendo hasta firmado su contrato que lo unía con el debutante equipo USF1. Los problemas financieros de la escudería norteamericana pudieron más, y Pechito se tuvo que volver al país un mes antes de aquel posible debut.
En este fin de año, hay un piloto más que lamentablemente se agrega a esta lista, y es Esteban Guerrieri. El piloto oriundo de Buenos Aires volverá a correr en Argentina en el 2013, gracias al contrato que firmó con el equipo Oil Competición de Turismo Carretera, donde compartirá techo justamente con Pechito López. Así, llega al país tras más de diez años en el exterior, donde llegó a competir y hasta vencer a pilotos que actualmente están en la F1, como el tricampeón Sebastian Vettel, Lewis Hamilton (campeón 2008) y Paul Di Resta.
Los dos últimos años de Guerrieri fueron en Estados Unidos, tras no poder llegar a competir en las categorías más cercanas a la máxima (como la GP2, o GP3) por no contar con el dinero necesario. En suelo norteamericano logró dos veces ser subcampeón de la división antesala a la Indy Car, la Indy Lights (2011-2012), pero no pudo pegar al salto, otra vez por el poco apoyo económico recibido. Sin embargo, y a pesar de regresar al país, Guerrieri no deja de pensar en el plano internacional y por eso hará todo lo posible para poder competir en las 500 millas de Indianapólis del año que viene. Algo que se ve difícil, más si estará todo este año en la Argentina, sin posibilidad de poder mostrarse al exterior, pero se dice que la fe es lo último que se pierde…
El apoyo estatal y del ACA será fundamental en pos de lograr ver a Guerrieri en esa mítica prueba, como así también serviría para poder proyectar a mediano-largo plazo la llegada de un argentino a aquello que todo piloto sueña desde chico: llegar a la F1.
Publicado en Rock 'N Ball el 26/12/2012