El domingo pasado en el circuito Jose Carlos Pace de Interlagos, el alemán Michael Schumacher puso fin a su extensa carrera en la máxima categoría, 21 años después de su debut en Spa-Francorchamps con un modesto Jordan. En ese lapso marcó para siempre la historia de la F1, logrando titulos, victorias, records y sobrepasos y carreras que quedarán para siempre en el recuerdo.
Todo comenzó en la 11º fecha del campeonato de 1991 en Bélgica. Ese fin de semana sorprendió a todo el ambiente, al poder sortear la preclasificación (en aquel tiempo de 33 coches solo largaban 26), y posteriormente clasificarse en la 7º posición, superando a su propio compañero en el equipo Jordan, el experto Andrea de Cesaris. En carrera no duró más que unos metros por un problema mecánico. Sin embargo, esto no tapó lo hecho por el alemán el sábado, que fue inmediatamente contratado por el equipo Bennetonpara la carrera siguiente. Una situación inusual tanto en aquellos tiempos como hoy en día.

- Michael Shumacher al mando del Jordan 191 en su carrera debut, Bélgica 1991.
Desde aquel entonces, con el equipo italiano comenzó una sociedad de cinco años que lo catapultaron a la cima de la categoría: en 1992 logró su primera victoria (exactamente un año después de su debut) en el mismo Spa que lo vió debutar, para luego finalizar el campeonato en el tercer lugar, siendo solo superado por los imbatibles Williams de Nigel Mansell y Ricardo Patrese.
Luego de un año en el que siguió logrando buenos resultados (incluida una victoria en Portugal), en 1994 y ya con todo el equipo detrás de él, consiguió su primer titulo a bordo del polémico B195, del cual siempre se comentó que contaba con ayudas electrónicas, algo prohibido por la FIAa principios de ese año. En ese ejercicio logró ocho victorias (cuatro consecutivas) y tres segundos puestos que le bastaron para cosechar 92 puntos, uno más sobre Damon Hill en un final de torneo también con muchas dudas.
Su segundo titulo llegó un año después, coronándose como el bicampeón más joven de la historia, en un Benneton con el que llegó nueve veces antes que nadie a la meta y aventajando por casi 40 puntos a su máximo perseguidor.
En 1996 el alemán, ya considerado como uno de los mejores pilotos de aquel momento, emigró a Ferrari, buscando cortar con la seguidilla de campeonatos sin títulos de hombres de la Scuderia, que ya llevaba 27 años. Los siguientes tres años fueron de frustraciones y subcampeonatos, destacando aquella victoria en Gran Bretaña en 1998 donde cruzó la meta yendo por la calle de boxes, luego de cumplir una penalización en ese último giro, o el accidente en la primer vuelta en el mismo trazado de Silverstone en 1999, que lo dejó inactivo durante seis carreras.

- Japón 2000: Schumacher logra el titulo para Ferrari luego de 31 años de sequía italiana
El 2000 en cambio fue su año, al coronarse campeón y sacarse así una mochila de encima: Ferrari por fin lograba un titulo de pilotos tras largos 31 años (Jody Scheckter en 1979 había sido el último), en lo que fue la estrella más festejada por el kaiser de las siete que ostenta. En ese 2000 nadie se lo imaginaba, pero comenzaría una seguidilla de ¡cinco! títulos consecutivos para el alemán, a bordo de un coche rojo echo a su medida, que arrasaba con cualquier mínima oposición que tuviera, con una unión entre velocidad y confiabilidad impactante: vale aclarar nomás que el auto de Schumacher estuvo seis años seguidos sin roturas de motor (desde Francia 2000 hasta Japón 2006). Esta época coincidió con la mejor del Kaiser al volante, en la que ya aplomado y maduro, era consistente e implacable.
De esos cinco, el año más exitoso fue el 2002, donde se coronó campeón a falta de seis carreras para finalizar la temporada (record absoluto). En ella logró 13 victorias, y subió al podio en todas las carreras, algo que nunca antes había podido hacer otro piloto y que aún sigue siendo inalcanzable. Además, la diferencia entre él y el segundo de aquel torneo (Rubens Barrichello con la otra maquina de la Scuderia) fue de 67 puntos, la brecha más amplia en la historia.
En esos años batió todos los records: llegó a la mayor cantidad de titulos (7, dos más que el gran Juan Manuel Fangio); mayor cantidad de victorias (91), superando por ¡40! a Alain Prost; igualó el record de victorias consecutivas (7, al igual que Alberto Ascari entre 1952 y 1953); mayor cantidad de victorias en un año en el que se coronó (13, dos más que Sebastian Vettel en 2011); se convirtió en el más ganador en un mismo país (8 victorias en Francia); 15 temporadas seguidas en las que ganó al menos una carrera (92-06); mayor cantidad de victorias en Alemania (4); mayor cantidad de pole positions (68, solo tres más que Ayrton Senna), es el hombre con más records de vuelta (77) y hasta ganó una carrera realizando cuatro paradas como en Francia 2004, en años donde lo máximo eran dos o tres por competencia.

- El kaiser y el festejo de su séptimo titulo, el quinto consecutivo. Solo él logro tal hazaña.
Se retiró a lo grande en 2006, en la cumbre, luchando por el campeonato, algo que solo unos pocos pudieron realizar. Sin embargo, luego de un fallido reemplazo en Ferrari por 2009, volvió a la competencia un año después, arriesgando su reputación y palmarés. Manejó un Mercedes (equipo que lo contuvo a comienzos de su campaña) que nunca estuvo a la altura de aquella Ferrari de principios de siglo. Igualmente, se dio el gusto de conseguir un podio y una pole position (ambos en 2012, en Valencia y Mónaco respectivamente).
Tuvo carreras en las que literalmente “se corrió todo” como en España 1996 bajo la lluvia (una condición donde era muy veloz); la frustrada recuperación en Japón 1998, cuando tras partir último buscaba ganar para alcanzar el titulo, pero un pinchazo lo privó de tal logro cuando marchaba tercero; la última del año 2000 en Japón, la que tras una incesante lucha con Mika Hakkinen quedó en sus manos para darle el titulo a Ferrari, o la carrera de su despedida en Brasil 2006, donde luego de pinchar un neumático y quedar en el fondo de la grilla, remontó con sobrepasos brillantes, como el realizado a Kimi Raikkonen, en la que quedó como la ultima imagen del heptacampeón antes de su primer retiro.
Hasta aquí, todo color de rosas. Sin embargo, vale aclarar que estuvo involucrado en los más diversos incidentes y polémicas: en 1994, definió el titulo en Australia con Hill. Allí, el alemán le “tiró” el auto al británico en el ingreso a la curva 5, buscando el abandono de ambos y coronarse él como campeón. Otro caso fue en Jerez, en 1997, donde su máximo rival era el canadiense Jacques Villeneuve. Allí, en un intento de sobrepaso del norteamericano, Schumi realizó la misma maniobra que dos años antes y se cerró. Resultado: ambos se tocaron, siendo el kaiser el perjudicado, abandonando y perdiendo toda chance de titulo. Luego los comisarios determinaron excluirlo de ese torneo, retirándole todos los puntos. En los años siguientes, las incesantes batallas con Mika Hakkinen tenían algo en común: en las largadas Schumacher (cada vez que partía desde la pole), buscaba cerrarse hacia el espacio del finés, evitando que lo superara, maniobra que terminó siendo prohibida por los comisarios.

- La maniobra de la que Schumi siempre comentó que se sentía arrepentido: el apriete a Villeneuve en Jerez 1997.
Más adelante, se puede destacar aquella ayuda de su compañero de equipo Rubens Barrichello en Austria 2002, donde literalmente frenó en la meta mientras era el líder, con el fin de que su compañero triunfe, o en la clasificación de Mónaco 2006, cuando con el fin de evitar una vuelta rápida de Fernando Alonso, el teutón dejó el coche parado en medio de la pista, lo que le valió la exclusión y posterior largada desde el último lugar de la grilla.
En sus últimos años en Mercedes, se vio a un Schumacher más “tranquilo”, pero igualmente con sus mañas intactas, como en Hungría 2010 cuando encerró a Barrichello contra el muro en plena recta principal, generando lo que podría haber sido una catástrofe.
A la hora de hablar de rivales, tuvo de todo y de los más importantes: campeones del mundo como los ya nombrados Hill, Villeneuve, Hakkinen (el más difícil según él), Raikkonen, Fernando Alonso y hasta el mismísimo Ayrton Senna, su ídolo. Una clara muestra de sus sentimientos por el brasileño fue en Italia 2000. Allí, en conferencia de prensa le comunicaron que había superado la cantidad de victorias obtenidas por el paulista, lo que terminó con un impensado y emotivo llanto por parte del alemán.
Se ha retirado el más ganador de todos los tiempos, un hombre que no le importó todo lo conseguido en su época en Ferrari y decidió volver a competir, solo por gusto, por placer. Sin dudas, ha dejado una importantísima marca en todo el ambiente de la máxima, especialmente en los números, que lo catalogan como el más ganador de la historia. Algunos hasta lo tildan como el mejor de la historia. En mi caso, prefiero ubicarlo entre los cuatro más grandes, solo superado por figuras como Senna, Fangio y Jim Clark.
Publicado en Rock 'N Ball el 27/11/2012