Como todo evento importante, el Dakar ha dejado mucha tela para cortar: tela que se fue tejiendo durante los últimos 15 días, y que se irá cortando con el correr de las horas, buscando explicaciones y sacando conclusiones sobre cada cosa que sucedió, ya sea desde el orden del clasificador en cualquiera de las cuatro categorías, como los abandonos y demás cosas.
El objetivo de este análisis en particular es ver como (hablando exclusivamente del plano deportivo) fueron cambiando las cosas desde aquel ya lejano cinco de enero, hasta el día de ayer. En el día de hoy hablaremos de los autos y los camiones, mientras que mañana serán las motos y los cuatriciclos los protagonistas.
- Autos
En los coches como ya sabemos la victoria fue para Stephane Peterhansel a bordo del Mini número 302 del equipo X-Raid. El piloto galo solo venció en dos etapas (la segunda y la séptima), por lo que la clave para ser el mejor no pasó por ahí, sino que su mayor rasgo fue la consistencia para llegar en todas las etapas dentro de los diez primeros. La sumatoria de la confiabilidad del auto más la buena navegación de su copiloto más el manejo casi perfecto del galo fueron factores cruciales para lograr esa regularidad. Tan bueno fue ese combo que sus peores resultados fueron en los últimos dos días, cuando su objetivo ya era mantenerse en pista y no necesitaba pisar el acelerador a fondo. Fue líder desde la segunda hasta la última etapa, y durante la primera semana peleó mano a mano con el rival que más resistencia le propuso: el qatarí Nasser Al-Attiyah. El hombre de medio oriente compitió con un Buggy, en el cual se trabajó durante los últimos seis meses, liderando así un proyecto que se calificó como a largo plazo junto a Carlos Sainz. Sin embargo, los resultados aparecieron en este mismo Dakar: Nasser triunfó en tres etapas (tercera, cuarta y sexta), y mientras se mantuvo en carrera siempre fue el escolta de Peterhansel. Lamentablemente, un problema en su rueda trasera derecha lo privó de poder seguir en carrera en la novena etapa, dejándole el camino casi allanado hacia la victoria al piloto francés, que desde ese momento y hasta el final tuvo a su máximo perseguidor (Giniel de Villiers) a más de 40 minutos de distancia.
En tanto, Carlos Sainz también logró vencer en una etapa (la primera), pero al igual que su compañero de equipo pagó las consecuencias del poco tiempo de desarrollo que tuvo su maquina previo a la competencia: en la sexta etapa (y tras dos días complicados, con problemas en el coche incluidos) le dijo adiós al rally, gracias a la rotura de su motor. Igualmente, las sensaciones del equipo Qatarí fueron buenas si se piensa que es un proyecto a largo plazo: si en su primer Dakar lograron cuatro victorias en nueve etapas corridas, podemos asegurar que en los próximos años serán firmes candidatos a la victoria.
Otro de los a priori protagonistas fue el estadounidense Robby Gordon, que nuevamente no pudo llegar entre los de adelante, aunque si terminó el rally de la mejor manera. Unas complicadas primeras etapas (fue 137º en la primera, y 88º en la cuarta, donde sufrió un vuelco) lo privaron de poder luchar por los primeros puestos, algo que demostró que podía hacer luego de aquella cuarta etapa: desde entonces, nunca se bajó del sexto puesto, teniendo dos victorias (etapas 11 y 13), un segundo lugar, y cuatro terceros puestos consecutivos. Finalmente, en la general culminó 14º, recuperando casi 30 lugares desde aquellos pésimos primeros días.
Por su parte, el balance del mejor argentino fue muy positivo. Hablamos de Orlando Terranova, que pudo cumplir dos objetivos importantes: el primero fue llegar, ya que de seis participaciones anteriores solo había podido terminar una (en 2010, siendo 9º). El segundo es sin dudas llegar entre los de adelante, como lo fue su gran quinto lugar, incluyendo una histórica victoria en la 10º etapa: nunca un argentino en la categoría autos había podido triunfar en un tramo cronometrado. Al igual que Peterhansel, su clave estuvo en la consistencia, ya que solo en tres de las 14 etapas terminó fuera de los diez primeros (primera, tercera y cuarta). Otro factor fundamental fue el buen entendimiento con su navegante, algo que ya lo venía complicando en los últimos años (como lo fue el año pasado, cuando a mitad de competencia su copiloto se fue a su país natal, acusando problemas personales que nunca quedaron del todo claros).
Por último, vale mencionar a Lucio Alvarez, que a pesar de no poder repetir el quinto lugar del año pasado, ha terminado entre los diez primeros. Lamentablemente para él, un problema con la suspensión delantera del coche durante la fatídica cuarta etapa (en la que perdió casi dos horas) fue lo que lo dejó sin chances de ser top cinco nuevamente. Por suerte ha sabido recuperarse, y ya con un segundo objetivo (finalizar entre los diez de adelante) encaró lo que le quedaba del Dakar, algo que terminó logrando gracias a su buena producción, ya que nunca se bajó del 10º puesto diario, por lo que pudo superar a 17 autos en la general para así poder arribar a Santiago 10º.
- Camiones
Los Kamaz tuvieron un Dakar glorioso: completaron el podio con tres de sus maquinas, que fueron conducidas por tres pilotos del mismo país de donde proviene la marca: Rusia.
Sin embargo, el objetivo no se logró sin antes esquivar un gran obstáculo, llamado Gerard De Rooy. El holandés campeón en 2012 venía con su Iveco dominando durante la primer semana de competencia, venciendo en las primeras tres etapas, además de llevarse la sexta y la séptima. Era el gran candidato, pero el Dakar esta lleno de imprevistos, y De Rooy los sufrió: en la etapa nueve tuvo una serie de problemas con su camión (pinchadura de neumático, falla del turbo) que le hicieron perder toda la ventaja que tenía, que en ese momento era de 22 minutos, además de bajar hasta la cuarta posición, lugar en el que finalmente terminó. Solo le quedó el consuelo de ser el que más etapas ganó, con cinco.
En cambio Eduard Nikolaev no necesitó de ninguna victoria durante los 14 días para coronarse vencedor. Es el único de los cuatro triunfadores que cuenta con esta particularidad.
El piloto ruso en la primera semana se mantuvo expectante, y desde esa difícil novena etapa para De Rooy tomo el liderazgo, que nunca más soltó. Su eficacia se basó en estar permanentemente siempre entre los siete primeros de las etapas, tanto antes como después de tomar la punta.
Detrás de él, completaron el dominio de Kamaz Ayrat Maardev y Andrey Karginov. El primero solo venció en una etapa (la cuarta), mientras que el segundo ganó tres de las últimas cinco, posibilitándole subir dos posiciones y terminar tercero.
La labor de los dos camiones argentinos fue muy buena. El Mercedes-Benz número 533 de Walter D’Agostini, su hijo Augusto y su sobrino Hernán pudo llegar a Santiago en el 32º lugar. Anteriormente, habían disputado dos veces el Dakar, con suerte dispar: abandonaron en 2011, y en el 2012 pudieron terminar en el puesto 71, por lo que la producción de este año superó con creces aquella, culminando mucho más adelante. Además, se destacó el 18º lugar logrado en la última etapa, siendo seguramente uno de los vehículos que menos sacó el pie del acelerador, en etapas en las que eso es moneda corriente.
El otro camión argentino, conducido por los hermanos Andrés y Esteban Germano junto a Abel Pertuzzo, pudo culminar por primera vez en su segundo Dakar, ya que el año pasado habían desertado tras la etapa 11. El camión número 556 terminó 39º en la general, y al igual que los D’Agostini también tuvo en la última etapa su mejor resultado, terminando 36º. Así, luego de un comienzo en el que se encontraban más allá de los 60 primeros, pudieron terminar dentro de los 40 (sobre 6)
Publicado en Rock 'N Ball el 20/1/2013
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